Me he despertado a las 9:30. Debe ser que después de una semana madrugando soy incapaz de quedarme en la cama hasta las 12 (con lo que me gusta).
Me he hecho un té y he puesto los juegos olímpicos, a ver si encontraba algo interesante. Lo que más me gusta son los cuerpos de atletismo: grandes y fabricados a base de disciplina, esfuerzo, sacrificio. Yo sería incapaz de algo así, quizás por ello me gusta. Ellas parecen divinidades, amazonas, guerreras herederas de un tiempo donde ya no hay que cortar cabezas pero sí demostrar algunas cosas, sobretodo la validez de un cuerpo biológicamente femenino para transformarse en una masa de músculos.
Estaban con la final de halterofilia femenina. Inmediatamente, cuando ha salido la primera (una rusa con el cuello más ancho que mi cintura y unas espaldas de muerte) he empezado a notar algo debajo de la camiseta. Generalmente cuando me empiezo a poner cachonda las reacciones fisiológicas suceden un poco más abajo: en el ano, el clítoris, alguna contracción vaginal que otra...
Luego ha salido la campeona del mundo, Lei Cao, una china que, a diferencia de sus compañeras de deporte, tiene un cuerpo estilizado, con curvas, una espalda triangular, los tobillos finos, los músculos fibrosos y bien definidos, en fin, una buenorra de escándalo (las levantadoras de peso suelen estar demasiado infladas para mi gusto). He tratado inútilmente de encontrar algún vídeo de ella, quizás mañana salga alguno, porque ha ganado el oro con una parsimonia digna de cualquier superheroína.
Y cuando ha soltado los 155 kilos sobre el suelo me he dado cuenta de que mis pezones estaban duros como nunca. Luego he mirado mis piernas y también estaban erizadas, y mis brazos y también los pelos de la cabeza. TODA YO ESTABA EMPALMADA, mmm. Esto debe ser lo que sucede cuando además de cachonda estoy también emocionada. Ha sido muy bonito.
Ahora, si me disculpan, me voy a hacer una paja emotiva con la imagen de Lei Cao levantándome en vilo y comiéndome el coño en el aire.
viernes, 15 de agosto de 2008
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5 comentarios:
te acabo de descubrir, hacia tiempo que no me reia tanto,
no cambies
jaja Diana yo también enchufo los juegos olímpicos en busca de cuerpos divinos, la verdad es que yo soy mas de nadadoras con espaldas infinitas...
un beso
ya..que tendrá ver la sección de olimpiadas femenina, con lo poco que me interesa el deporte y lo muy absorbida que me quedo mirando a la pantalla.. ;)
¡Si el Pierre de Coubertin levantase la cabeza!
jajajaj
me parto, el espinazo, crac!
D.
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