domingo, 29 de octubre de 2023

Decisiones



 

Hoy, rodeada de kaos, muerte y destrucción, me vi urgida a tomar dos decisiones muy importantes. Dicen que no se debe decidir nada cuando hay eclipses o tormentas, pero pues yo ya estoy medio mayor para que las supercherías me dominen. Solo estoy tan cansada que se me agotó la paciencia, y para dormir tranquila de nuevo me tuve que poner a decidir... Hay gente que se echa una o dos clonas, yo prefiero echarme las cartas y un último trago.

La luna llena sobre la baraja ayudó mucho, iluminó mi pensamiento, mis intenciones. Y siento que el tarot nunca había sido tan brutalmente explícito conmigo como en esta ocasión. 

La primera carta responde a mi actitud necesaria frente al conflicto: El Diablo me lo va a poner más sencillo de lo que creía. No hay nada lo suficientemente firme o poderoso que no haya yo derribado en el pasado con su bella compañía.

Y frente a la oportunidad de amor que se me presentó en la vida, me regaló La Templanza. No hay mucho más que decir ni interpretar. Solo decidí lo que me conviene y lo que el universo me dicta una vez más: saca la basura, abraza lo bueno.

De las consecuencias de mis decisiones no estoy preocupada, como no se preocupa quien sabe como vivir, vencer y ser feliz.

Axé.

viernes, 27 de octubre de 2023

El blog como reliquia


 


 

Llevo meses pensando en entradas de blog. Durante un tiempo de mi vida era lo primero en lo que pensaba al despertar y lo último al acostarme. Qué iba a publicar al día siguiente, cuáles iban a ser las cosas que contaría por acá.

Cuando este formato devino obsoleto, opacado por el blingbling de las redes sociales, seguí escribiendo entradas pero en libretas. Se me hacía medio absurdo hacerlo online porque ya nadie me leía, y mi pulsión exhibicionista tomó otros derroteros. 

Pero llevo meses pensando en esto justo: volver a escribir acá, ahora sí ya valiéndome madres si alguien está al otro lado de la línea o no.

Estoy cansada de instagram, de tantas emociones a modo de fastfood, caducables, olvidables, como un bombardeo efímero. Pocas personas hacen en redes lo que se podía hacer en los blogs. De hecho, la gran mayoría de ellas limitan el número de caracteres a lo que según el idiota algoritmo un ser humano puede leer antes de cansarse y seguir al siguiente chute, a la siguiente descarga de serotonina. Lo reconozco, yo también soy medio adicta a deslizar el dedo por la pantalla para atiborrarme de información que, como alkaseltzer, se disolverá en la memoria en 15 segundos.

A facebook dejé de entrar hace muchos años, cuando se transformó en la patética palestra de egos que es ahora. Y con sinceridad lo único que me sigue sirviendo es twitter, que a pesar de tener ahora un logo digno de página porno, no ha cambiado nada. 

Extraño empezar mis días entrando a los blogs de las amigas, para ver qué huevitos nuevos había puesto la gallina de su imaginación durante la noche. Y extraño poder poner los míos propios con la dedicación y elegancia que esto implica. Ahora la banda publica cualquier mamada sin pensar, sepa dios si por déficit de atención o por matar un minuto de sus vidas absurdamente. Pero poca gente dice cosas, poca gente siembra palabras con la intención de que signifiquen para lxs demás, de que florezcan.

Así que bueno acá estoy. Veremos qué sucede. En una semana checaré los stats (oh, stats, cuánta satisfacción me dísteis!).

domingo, 23 de agosto de 2020

De nuevo acá

Hace casi un año, por accidentes de comunicación y logística, perdí la web de pornoterrorismo.com y ahora es una cosa horrible, mejor ni entren... Tengo planeado recuperarla eventualmente cuando junte las ganas y el tiempo para ello; ya compré el dominio de pornoterrorismo.org pero mientras tanto eso llega, voy a empezar a postear acá de nuevo pues me acordé que tenía este blog, donde por fortuna se guardaron y se conservan la gran mayoría de mis posts y memorias de cómo comenzó el pornoterrorismo.

Ahora, casi trece años después del primer post, lo retomo para subir nuevo y quizás inédito material. Ya no me dedico a esto del pornoterror aunque sigue muy presente en mi pensamiento y acción, hace ahora casi tres años cambié el escenario performancero por otro muy diferente y muy parecido a la vez. Ahora soy cocinera y conspiradora desde una marisquería bar llamada La Cañita, en México DF, junto con mi compañera de vida Ali Gua Gua.

Como muy sabiamente me dijo el amigo Lechedevirgen: sigo atravesando a la gente, pero ahora de una manera algo más literal, se tragan lo que cocino y lo cagan tantito después.

No sé en qué momento se perdió esta hermosa costumbre de los blogs... Supongo que facebook y las otras redes nos impulsaron a ello. Desde hoy me propongo retomarlo, aunque nadie lo lea ni lo vea, sólo por el gusto casi vintage de esto.

Salud y abrazos

Diana

 

foto de Strangel Freak




domingo, 12 de diciembre de 2010

sábado, 10 de enero de 2009

Se acabó (muerte de un hijo)

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