lunes, 21 de enero de 2008

La oscuridad

Ayer por la noche estuve mirando la oscuridad. No entiendo cómo durante tantos años pude tenerle miedo a algo tan bello. No fue en todo caso un miedo a "eso" que habita en la oscuridad sino a mí misma, a mi imaginación calenturienta, a los monstruos que me pueblan.

Ayer imaginé que una mano salía de ella y me agarraba una polla que también había salido de mi oscuridad. A veces en la oscuridad tengo pene, un pene hecho de lo oscuro, en negativo, sin revelar. Y descubrí que a oscuras sí que hay una diferencia entre tener los ojos abiertos y los ojos cerrados. Con los ojos abiertos el cerebro debe tener la sensación de que lo que la imaginación crea no es sólo un sueño, es algo que se puede palpar, lamer, masturbar.

Me pregunto por qué los cuartos oscuros nunca son realmente 100% oscuros, siempre hay algún idiota con un mechero para romper la magia. Claro que yo, hembra biológica, tengo muy poco acceso a esas magias masculinas y un cuarto oscuro sólo para mujeres ya sabemos todxs que es sinónimo de un cuarto vacío.

Seguiré con mis prácticas oscuras, aunque sean solitarias.

1 comentario:

Mescalina, mi amor. dijo...

Cuartos oscuros femeninos? E... Existen?!
Nunca he conseguido entrar en uno. Y mira que lo he intentado!