domingo, 15 de junio de 2008

Pasaje 12:4 de la Post-Biblia


"...y bajaron 43 ángeles en comparsa hasta el reino de la tierra, cuando se hizo extremadamente necesaria su presencia. Los seres que habitaban el lugar elegido habían superado el número máximo de agravios hacia ellos y también (coincidiendo en hora exacta) sobrepasado el cupo límite de mentiras emitidas en su nombre, a costa de cada uno de los 43 nombres (...)

Luzbel, el gran ofendido, fue el primero en manifestar su disgusto. Presentó una imagen universal de la belleza suprema y los ojos de todo necio quedaron cegados para siempre. Los que conservaron la vista, necios todos ellos en un grado menor, sufrieron el castigo de tener que contemplar la desgracia ajena de aquellos que, ilusos, pensaban que tan sólo era un sueño y se arrojaban irremediablemente por acantilados o, sencillamente, morían desnucados al bajar las escaleras.

Le siguió Gabriel, el perfeccionista, aniquilando con su aliento todas las plantas y vegetales.

Luego fueron sucediéndose, por riguroso orden alfabético, el resto de los ángeles, y cada cual emitió su terrible designio que se vio cumplido en el plazo de dos días (...)

Todos los mensajeros se reunieron la quinta noche de ese estío, se sentaron alrededor de la gran hoguera del mundo y discutieron largamente acerca de la posibilidad de dar otra oportunidad a la raza que tanto y durante tanto tiempo les había ofendido.

De manera casi unánime pactaron que no quedara rastro de todo lo acontecido, que no hubiera recuerdo o sombra que pudiera dar señales de aquella mísera existencia que fue la de los hombres. Y que si alguna memoria quedaba por inevitable no tuviera forma más sólida que la de un mal sueño.

Azazel derramó una lágrima como quien llora al ver su mejor y más perfecta obra a punto de ser destruida, necesariamente destruida. Una lágrima negra y espesa que extinguió por siempre el último color o brillo, y que inundó toda parcela de tierra, ya fuera llano o alta cumbre, con su líquido grueso y pesado como acero.

Y después del llanto de Azazel el compasivo, los 43 mensajeros desplegaron sus alas y regresaron, tristes pero satisfechos, al reino de los cielos (...) Mas en su ascenso olvidaron a alguien y no notaron su falta hasta cuando ya fue demasiado tarde.

Jezabel, la gran Señora, siempre impulsiva y poco cautelosa, no ascendió sino que quiso quedar sumergida en el negro líquido, y quedar cegada bajo él, respirar la última bocanada del último ser, y sentir una agonía universal que reconoció como suya propia.

Y entre la viscosidad y lo opaco del más absoluto negro, expulsó de su vagina tres seres, perfectamente iguales en todas sus condiciones y características y únicamente diferenciables por el tamaño de sus manos.

Con el calor de sus axilas evaporó el líquido sobrante y con jirones de su piel reconstruyó las cinco grandes parcelas de tierra.

Cuando sus criaturas alcanzaron el número de quincemil ejemplares, una de ellas emitió la primera palabra, "hagstaftiturjeze", que no significaba otra cosa más que "volveremos a traicionarte, madre"]"

1 comentario:

PORNOMISERIA dijo...

Flores del abismo
para matar el llanto....
Abismo de la carne
para matar el llanto...
Sangre del deseo
para matar el llanto...
Deseo de la carne
para matar el llanto!