sábado, 19 de julio de 2008

El hijo de Pakito

Indagando en el ordenador de Elena he encontrado unas fotos de una perfo que ya ni recordaba. Pero es verdad, hace algunos años usé una cabeza de lechón para magrearla y follármela y darle amor finalmente. La visión de estas fotos ha desencadenado una serie de recuerdos. La perfo no era poética era simplemente mi cuerpo interactuando con ciertos elementos, uno de ellos, la caca que yo hacía salir de mi culo pero que en realidad no era caca sino compota de manzana con chocolate líquido. Otro elemento eran unas "tapitas" que hice circular entre el público por si a alguien se le abría el apetito: sesos de cordero crudos y corazoncitos de pollo.
Las fotos hablan por sí solas. Yo me he quedado perpleja de mí misma y de la gente que me acompañó en aquella comunión escatológica aquel día.

Lo que más me preocupa es no recordar que hice aquello, que no esté presente en mi vida de alguna manera y que unas malditas fotos me tengan que recordar de dónde vengo y por qué estoy donde estoy... esto se supone que sólo le pasa a la gente que tiene una agenda apretada, pero no es mi caso.

Las fotografías son como una memoria prostética. Permanecen allí donde yo no pude permanecer. El tema es que no me esperaba encontrarme con fragmentos de mi memoria en este momento y en este ordenador. Os dejo con lo que mis ojos vieron:::::


1 comentario:

Anónimo dijo...

que guapa madre mia :O ;D