No sé cómo pude olvidarme de su nombre, durante mucho tiempo fue muy importante para mi, algo así como una diosa. Luego se me pasó el furor y quedó sólo la admiración.
Sus performances fueron minando y abatiendo dos cosas que cohartaban al arte: la idea de que cada cosa tiene que tener su sitio y la idea de que SIEMPRE hay un límite, que un público no puede soportar que no haya límites, porque se nos abisma (y luego duele la cabeza). Imaginad un quirófano en el salón de una ópera, gente no-pre-parada para lo que va a ver, sangre, una dama con la piel levantada...
Lo mejor de ella es que no sólo ha buscado el "Shock Value" del que nos habla John Waters, sino que va más allá, hacia la reflexión, y se pueden sacar muchas conclusiones de su obra, que cada cuál se quede con las suyas (y las comparta si quiere). Yo creo que es suficientemente valioso saber que puedes hacer lo que te de la gana, donde te de la gana y como te de la gana. Y que incluso puedes ser quien te de la gana (la cirugía hace milagros). El cuerpo es el veíiculo del arte y no hay límites reales para expresarlo, ni siquiera la piel lo es.
Su manifiesto no tiene desperdicio y lo deja todo clarísimo. Me gusta mucho el matiz de que su arte no persigue la redención o trascendencia a traves del dolor, sino mostrar el proceso de la cirugía donde un cuerpo modificado se convierte en el centro del discurso. Aquí lo tenéis en inglés: portal.fpsct.org/fhs/courses/painting/pdf/Readings/
Manifesto.pdf
Y para saber mas: www.orlan.net
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