El bombardeo pornográfico al que nos someten cada día los medios de comunicación atendiendo hipócritamente a esa máxima de que UNA IMÁGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS sólo se puede superar buscando nosotrxs mismxs las palabras que han sido sustraidas a la imagen. Tambien hipócritamente se nos ha contado que la pornografía es sólo una cuestión sexual. Mentira, pura mentira.
Cegar un ojo no es rociarlo con ácido o sellar los párpados. Cegar un ojo es instalarle un filtro a través del cuál algunas imagenes pasan al cerebro y otras son desechadas o canaliazdas como algo cotidiano. La guerra y sus masacres son algo cotidiano, niños famélicos o mujeres asesinadas son algo cotidiano; todo lo que transita por ese "ojo normalizado" pasa por nuestras neuronas sin levantarnos ampollas en la conciencia. Arrancar ese filtro duele y no es fácil, no otorga resultados satisfactorios porque la REALIDAD está plagada de dolor y decepciones. Se trata de una elección ciertamente masoquista, pero es una elección valiente.
Una de las únicas cosas buenas de mirar al mundo sin filtrajes es que entonces, cuando se ha logrado, la pornografía se halla por todas partes y el campo del placer y el deseo se amplía hasta el infinito.
Traductor de Google
2 comentarios:
Lo dificil es como hacerlo, una vez que ya no te emociona nada de lo que sale por la pantallita y todo lo miras como si fuese una peli del Clint Eastwood, dime tu, como coño se hace.
Y te daré una medalla.
Es sencillo, sólo tienes que buscar en las palabras que hay detrás de las imágenes, en recuperar el contenido que los medios o tu propia insensibilidad te han robado. Pensando, esa es la única forma de hacerlo, pensando mucho y buscando la información necesaria para rescatar la realidad.
Yo personalmente lo he conseguido sometiendo a mi cerebro a imagenes duras y no permitiéndole la compasión, asumiéndolas como una realidad, empatiazndo con ellas, con el ser vivo que hay en ellas.
De todas formas esto no es tan fácil de explicar, no sé si podré ayudarte.
Un saludo
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