jueves, 31 de julio de 2008

Shock heteronormativo (creo)



Llevo 10 días currando en una empresa de correo (Unipost) y tengo aproximadamente unxs 60 compañerxs de trabajo. La oficina es inmensa, está dividida en pasillos, cada pasillo corresponde a un distrito postal. Ahí pasamos cuatro horas hacinados en nuestros cubículos de 2 metros clasificando el correo, luego salimos a repartirlo.

En mi pasillo (y mucho me temo que es a nivel general) he tenido un reencuentro con la gente normal, esa gente que conforma una humanidad mayoritaria: los heteros, currantes, ignorantes a la fuerza, finalmente (casi) felices.

Me he dado cuenta de que nosotrxs, MI GENTE, vivimos en una burbuja en la que apenas penetra el mundo que no tiene nada que ver con el nuestro. Incluso he advertido que llevaba mucho tiempo sin percatarme de cómo es la gente "corriente", esxs que son aceptadxs sin rechistar en cualquier parte, a lxs que nadie mira, lxs que no llaman la atención, lxs que no se salen del redil, a lxs que nunca detiene la policía ni nadie prejuzga.

Ahora estoy sumergida en ese mundo casi extraterrestre para mí (después de tanto tiempo sin abandonar la burbuja para nada más que para ir a la universidad, donde el cambio de aire no es tan brutal) y me siento extraña.

Para muchxs compañerxs de trabajo, esta mañana, era su último día de trabajo, el comienzo de sus vacaciones y hablaban de eso emocianadxs. Una decía que sus hijos sólo salen de vacaciones con la condición de llevarse la play station (todo el pasillo se reía ante mi atónita mirada), otro se va a Cuba "a follar con mujeronas por cuatro gordas" (todo el pasillo se reía ante mi atónita mirada), otra estaba muy angustiada porque a su marido no le han dado vacaciones hasta el día 5 y tendrá que pasar esos 5 eternos días sóla en La Manga con las dos niñas (todo el pasillo puso cara de comprensión ante mi atónita mirada), otro explicaba detalladamente de qué modo ha preparado el coche (mecánica, bujías, amortiguadores...) para ir a un parque safari que hay en el sur de Francia (todos los hombres le escuchaban atentos mientras las mujeres seguían hablando de niños-ante mi atónita mirada), otro comentaba la guarrada que han montado los maricones con eso de los juegos olímpicos y se mofaba cruelmente del equipo de fútbol gay (todo el pasillo se reía ante mi atónita mirada)...

Luego he salido a la calle a repartir. EL portero de una casa en la que llevo repartiendo las cartas 9 días me ha preguntado "¿eres nueva?, los últimos 9 días ha venido un chico suplente", ha dicho eso porque hoy me he puesto una camiseta con escote y no ha podido ver que la cara que pertecía a esas tetas (o viceversa) era exacta a la del "chaval" de los últimos 9 días. Una señora con un perrito comechochos es interrogada por un niño en un portal: "¿Cómo se llama?", "se llama Toy, bonito", reparto las cartas a la embajada de Marruecos, colas de personas que vinieron en patera o en los bajos de un camión luchando por sus papeles o tratando de que admitan a sus mujeres (todas con velo sin excepción), al entrar a la embajada el olor a pies, a potorro y a sobaco te tira para atrás (pero es mucho mejor que la señora cuyo perro se llama Toy), una vieja se avalanza sobre mí en una escalera oscura y me dice desesperada que pase a tomar una coca-cola a su casa, que se ha muerto su marido hace poco y se siente muy sola...

Pero qué es esto? Hasta hoy no me había dado cuenta de lo diferentes que "semos" de la mayor parte de la gente. Hoy me he sentido incómoda, excluida (con gusto) de un mundo que parece no pasar más allá de lo que hay ante sus narices, algunxs por necesidad (aunque siempre se puede escapar) otrxs por comodidad.

Una cosa es saber que ese mundo existe, otra bien distinta tener que convivir, trabajar, deambular en él.

Habría alguna forma de establecer un puente de comprensión entre esta gente y nosotrxs??? La verdad es que no lo creo.

Estoy triste, entre la necesidad de revelarles a gritos a todxs mi maravilloso mundo (rollo mesias que no me gusta nada) o el impulso de matarlxs por desperdiciar de esa forma sus vidas. Quizás también un poco de envidia, porque parecen, a simple vista (casi) felices.

5 comentarios:

Tina Paterson dijo...

Brillante. Excelente texto. Si señora.
D.

www.tinapaterson.com

Anónimo dijo...

Lo has bordado. Trabajo en Correos y me pasa lo mismo. Para aliviarme procuro hacer para mis adentros trabajo de campo antropológico, como si estuviera inmerso en una tribu de lo más rara. Ánimo. Te sigo desde el principio

marti vidal dijo...

tot i que no sere pas jo qui et tregui la rao en les teues observacions,entre d`altres coses tampoc vas exageradament errada,crec que t`has oblidat de captar els matissos que existeixen fins i tot en els ambients i espais mes mediocres que hom es pugui tirar a la cara,i si observes eixos matissos t`adonaras la quantitat de interrelacions entre una part(PETITA,CERTAMENT)de la gent"normal" i la teva gent.
Jo de moment continuare utilitzant les primeres hores de les vacances per disfrutar del teu blog i dels seus enllaços,i vaig a fer-me un altre mai SALUT PETITA LUBNA

FBlack dijo...

he leido este post, el primero que leo de tu blog, y ante mi atonita mirada me ha encantado...he apuntado el nombre de tu empresa y mañana mismo mando el curriculum, me encantaría sorprenderme dia a dia asi y sobre todo sorprenderme a mi mismo con mi atonita mirada...
Como decían los Ramones...Ignorance is bliss
Saludos! volveré...

Lubna Horizontal dijo...

D'acord Martí, Hi ha matissos, sempre n'hi ha. Pero tu saps que els matissos es pasan per alt quan tota la resta es tan fotudament greu.

Ja no es la mediocritat o les interrelacions minimes, es que veritablement em sento com a un esser d'un altre pleneta, de una altre especie.

Perdona el meu catalá, faig el que puc, jejeje

M'agrada la teva manera de veure el tema.

Gracies per llegir-me y parlar-me

Diana