lunes, 18 de febrero de 2008

Mente intersex

Yo tengo una mente intersexual. Me explico: dentro de mi cabeza albergo dos géneros (de momento). Tengo días en los que mi pene mental me aprieta debajo de los pantalones y días en los que me siento muy hombre y muy marika también. Supongo (quiero suponer) que son esos días en los que mi testosterona se dispara, porque siempre la he tenido bastante desbarajustada, llegando a ser incluso motivo de preocupación en mi adolescencia (estuve tomando la antibaby por ello durante tres años). O quizás son simplememte días en los que mi carencia de todo aquello que me identificaría como hombre biológico se acrecenta, por no sé qué melancolías o añoranzas de poseer aquello que no se puede tener.

Y lo tengo chungo. Si tengo una mente lesbiana, gay, bisexual o heterosexual mis objetivos pueden verse cumplidos. Si tuviera una mente transgénero también quizás podría solventar esa correspondencia cuerpo/mente mediante hormonas o cirugía o las dos cosas o ninguna, pero podría.

Pero con una mente intersex... no hay nada que hacer. No me atrevería a modificar mi cuerpo porque lo adoro a pesar de sus carencias, jamás podría renunciar a mis tetas o a mi chocho ni tampoco a los días en los que me siento más mujer que otra cosa. Tampoco puede ir una por ahí diciendo un día que se siente hombre y al otro mujer.
Aunque en realidad lo que me siento, por hibridar un poco, es un mujombre o una hombrer.

Y esto no es un ejercicio de frivolidad (hay cosas con las que nunca me atrevería a bromear), sino de sinceridad. El otro día escuchando Mauro Cabral (activista intersex argentino) en Ningún Lugar vino a mí esta gran verdad sobre mí misma: soy mentalmente intersex, mi cerebro alterna entre un género y otro, los pone a comulgar juntos o simplemente hace remixes. Comprendí entonces muchas cosas: comprendí por qué a veces sueño o fantaseo con tener el cuerpo de un hombre, por qué a pesar de tener unos niveles naturales de testosterona bastante altos no afecta ello a mi vida como mujer, y por qué siempre he tenido la sensación de que mi cuerpo era algo que podía moldear con la imaginación.

También tuve la dolorosa revelación, casi inmediata, de que jamás mi cuerpo podrá satisfacer las espectativas de mi mente (aunque en realidad casi nada lo hace) y que si hay un lugar muy inhóspito en este mundo para las personas intersexuales físicamente, también lo hay para las personas que lo somos sólo a un nivel mental, que ansiamos el andrógino antiguo, que "recordamos" que sólo en el mundo de las ideas estas cosas son posibles. El mío es un lugar inhóspito también, y solitario. Aunque tomado con buen sentido del humor, en verdad es donde reside gran parte de mi creatividad.

:::Foto de Elena Pérez:::

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Me ha encantado esto que has escrito... Llevaba años esperando leer algo así

Lubna Horizontal dijo...

Gracias, espero que no pasen otros tantos para la siguiente vez que leas algo así, tengo fe en la literatura pero no en lxs literatxs...

saludos
Lubna

mery dijo...

http://sexualidad.uimp20.es/events/event/show?id=2066913:Event:242

hola Diana
te dejo este link
vente es aquì en Valencia.
Aquì tiene donde quedarte.
Un beso
Mery