Arde Atenas

Acabo de ver la noticia en las noticias de la 2, no tenía ni idea, porque me he pasado el finde desconectada de todo lo exterior porque afortunadamente en el interior había algo lo suficientemente bonito como para pasar de todo lo demás. Pero ahora he visto las noticias y, como suele sucederme siempre que lo hago, me he vuelto a llenar de rabia.

La primera vez que pisé Atenas no podía dar crédito a lo que veían mis ojos: la bandera antisistema ondeando en la universidad central (esa que se asienta sobre la academia platónica), policías bastante relajados fumando puros en sus puestos de trabajo, conversando serenamente mientras una panda de punkis pasaban delante de sus narices gruñendo como perros y una amiga que me cuenta que hace una semana en su barrio unos chavalitos le habían robado a un madero distraido la pistola, el casco y el escudo de protección...

Evidentemente la sensación que tuve es que algo raro estaba pasando. Luego a medida que fueron pasando los días otra amiga me contó que en realidad esa pasividad se debe a que guardan las energías para cuando alguien atenta directamente contra el estado o el gobierno, que se trata de una pasividad que iguala en ferocidad cuando la orden de atacar está dada. Por otro lado nunca había visto a tanta gente antisistema en mi vida. Y me refiero a gente organizada y unida. El tiempo que viví allí siempre pensé que aquello iba a estallar en cualquier momento, por eso quería irme a vivir a Grecia, porque aquí estoy cansada de que todo permanezca en un estado perpetuo de incubación del odio que nunca termina de eclosionar, ya sea por acomodo o por cobardía o por pereza.Ahora parece que ha estallado, a raíz de que la poli se haya cargado a un nene de 16 años a tiros. Y yo aquí me siento super impotente, me encantaría poder estar allí con esa gente que por fin ha decidido pasar a la acción, incendiar Atenas. Los hechos sucedieron en el barrio de Eksarjia, el que mejor conozco.

Arded cabrones, arded, ojalá que la muerte de Andreas Grigoropoulos desate la ecatombe que Grecia necesita, qué penita no poder estar allí, que Grecia cambie es una de las cosas que más deseo, desde aquí envío mi más sincero deseo de destrucción (con su consiguiente regeneración).